Los grandes inversores están comenzando a ver el campo español como una opción atractiva para invertir su dinero.
Esto se debe a que el campo ofrece:
Una alta rentabilidad con relación al riesgo, permite la diversificación de las carteras.
Protege contra la inflación y está alejado de los sobresaltos de los mercados financieros.
Incluso Bill Gates, fundador de Microsoft, han comenzado a invertir en tierras de cultivo en Estados Unidos.
En España, hay menos explotaciones agrarias, pero son cada vez más grandes, menos familiares y con mayor protagonismo de la tecnología.
Esto se debe a que empresarios de otros sectores, como el inmobiliario o la Bolsa, y fondos de inversión han comenzado a invertir en el campo en los últimos cinco años.
Según el INE, el pasado año se cerró la compraventa de 160.398 fincas rústicas, el máximo desde 2007, y solo hasta octubre de este año se han realizado 131.749 operaciones de este tipo.
El interés en invertir en suelo agrario se basa en la necesidad de producir alimentos para la población mundial, ya que se estima que la producción de alimentos tendrá que crecer entre un 60% y un 70% para poder alimentar a la población mundial de aquí a 2050.
Además, el sector agrícola ha demostrado su resiliencia durante la Gran Recesión de 2008, la crisis sanitaria de la covid y la actual invasión de Ucrania.
El aumento de la inversión en el campo español también se debe a que los terrenos agrícolas son considerados un activo seguro y con una rentabilidad consistente a largo plazo.
Además, los fondos de inversión han descubierto que la agricultura es una industria con baja correlación con otros mercados financieros, lo que la convierte en una excelente opción para diversificar carteras.
Emilio Gaspar
@emilio_gaspar